“Rico se junta con linda” es un clásico de todos los tiempos, solo que ahora le pusimos otro nombre: relación sugar. El tipo con guita y la piba joven y linda que busca algo más que cariño. Pero, ¿por qué un hombre que la tiene toda –dinero, éxito, contactos y estilo de vida– termina eligiendo un arreglo sugar en vez de una relación tradicional?
Vamos a ponernos en contexto. Supongamos que hay un tipo hecho y derecho: labura bien, factura como loco, tiene más plata de la que puede gastar. No sabemos si es fachero o no, pero sí que tiene una billetera pesada. Y antes de empezar a salir con él, nadie se va a poner a investigar demasiado si es contador, empresario o dueño de media ciudad. Lo único que importa es que no haga nada turbio ni ilegal.
Ahora bien, si además de todo eso es fachero… listo, combo completo. ¿Entonces para qué querría meterse en algo tipo sugar? Tiene todo lo que otros envidiarían. La respuesta es más simple de lo que parece: elige eso porque puede, porque le conviene y porque quiere un tipo de relación que lo deje vivir tranquilo y sin dramas.
¿Por qué un tipo con guita prefiere un arreglo sugar?
Acá van algunas razones clave que explican por qué tantos hombres exitosos eligen estas relaciones.
1. Una relación sin estrés
Uno de los motivos principales es que no quieren quilombos. Un tipo que está metido hasta el cuello con su empresa, su agenda llena de reuniones, viajes de laburo, decisiones millonarias… no tiene tiempo ni energía para una pareja tradicional, con todas sus vueltas, demandas emocionales, discusiones y compromisos familiares.
Ser Sugar Daddy le permite armar la relación a su medida. Puede ver a su Sugar Baby cuando tiene tiempo, mimarla, disfrutar con ella, sin tener que lidiar con el “¿por qué no me llamaste?”, el “tenemos que hablar” o las cenas con suegros.
2. El que pone la plata, pone las reglas
Esto no significa que el arreglo sea unilateral o abusivo. Para nada. De hecho, se llama “relación mutuamente beneficiosa” por algo. Pero sí está claro que el que banca la parada tiene voz y voto importante.
En muchos casos, el Sugar Daddy define cuándo se ven, dónde se ven, si ella lo acompaña a un viaje de negocios o si prefiere tener otra chica esperándolo en la próxima ciudad. Y la Sugar Baby, si está de acuerdo, acepta feliz porque sabe a lo que se metió: mimos, regalos, cenas top, viajes en primera y hoteles cinco estrellas.
Y ojo, no se trata solo de guita: el respeto mutuo es clave. Si no hay onda, si no hay acuerdos claros, no funciona. Pero cuando sí, todo fluye como el mejor vino en una cena elegante.
3. Quiere chicas jóvenes a su alrededor
Es así. Un hombre con plata puede salir con mujeres sin necesidad del mundo sugar, pero en general va a conocer minas de su edad. Y por más que esté en buena forma, probablemente no quiera salir con alguien que también esté pensando en nietos o la jubilación.
Muchos hombres que ya tienen hijos grandes, o directamente no quieren tener una familia, prefieren rodearse de juventud, belleza y energía. Y no está mal. Si ambos saben lo que buscan y lo que ofrecen, está todo más que bien.
4. Necesita una dosis de autoestima
Seamos honestos: estar en una gala o evento de alto nivel con una mujer joven y despampanante al lado levanta el ego de cualquiera. Más aún si sus colegas empiezan a cuchichear “¿cómo hizo este para engancharse a semejante bomba?”.
Y no es solo por mostrar. Para muchos Sugar Daddies, estar con alguien que los admire, los escuche, los acompañe y se interese por ellos es una manera de sentir validación y orgullo personal. No es solo físico, es emocional también. A todos nos gusta sentirnos valorados, ¿o no?
5. Porque también quieren compañía
No todo es sexo, glamour y compras en Miami. Muchos hombres mayores están solos, sin familia cerca, sin pareja estable, y lo que buscan realmente es afecto, presencia, alguien con quien compartir un vino a la noche, una charla profunda o una escapada de finde.
La Sugar Baby, en estos casos, no es solo una figura decorativa. Es una compañera, una aliada. Y muchas veces, aunque el acuerdo tenga fecha de vencimiento, la relación que se construye va más allá de lo económico.
Pero… ¿no es todo un poco superficial?
Mirá, superficial es quedarse con los prejuicios. Cada uno sabe lo que busca y lo que ofrece. Y mientras haya respeto, consentimiento y claridad, no hay nada de malo. De hecho, las relaciones sugar tienen algo que muchas parejas tradicionales no tienen: honestidad brutal desde el principio.
Acá nadie finge amor eterno si no lo siente. Nadie promete lo que no puede cumplir. Ella sabe que está con él por la seguridad, la experiencia y el estilo de vida. Él sabe que está con ella por la juventud, la frescura y el deseo de compartir momentos sin ataduras.
Y eso, cuando se da bien, es más real que muchas relaciones que están juntas solo por costumbre o miedo a estar solos.
En resumen
“Rich meets beautiful” no es un cuento de hadas, es la vida real de muchísimos hombres que eligieron vivir sin vueltas, sin dramas y con buena compañía. No están buscando una novia de toda la vida, ni una madre para sus hijos. Están buscando una compañera para disfrutar el presente. Y si la chica también gana con eso, ¿cuál es el problema?
Así que, si sos Sugar Daddy o estás pensando en serlo, no te sientas mal. No sos el único. Y si sos una Sugar Baby, no te dejes llevar por lo que diga la gente. Cada uno arma su historia como quiere.
Porque al final del día, todos queremos lo mismo: sentirnos bien, vivir bien y compartirlo con alguien que nos haga sonreír.